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El duelo

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El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia.

También, se refiere al duelo una reacción principalmente emocional y de conducta en forma de sufrimiento y aflicción, cuando el vínculo afectivo se rompe.

Ha sido observado que la visión que tiene el individuo de la muerte provoca distinto tipo de vivencia del duelo. Así por ejemplo, cuando el doliente tiene esperanza en una vida futura como el «cielo» en la religión cristiana, la experiencia negativa de la pérdida se mitiga, pudiendo incluso, ser motivo de alegría y celebración, tal como ocurre en la orden monástica de la Cartuja.

Duelo por muerte


Sobrellevar el duelo por muerte de algún ser querido, podría ser uno de los mayores retos que podemos enfrentar. La muerte de la pareja, un hermano, un hijo o un padre puede causar un dolor especialmente profundo. Podemos ver la pérdida como una parte natural de la vida, pero aún así nos pueden embargar el golpe y la confusión, lo que puede dar lugar a largos períodos de tristeza y depresión durante la vivencia del duelo por muerte.
Es importante, reconocer de manera consciente las emociones que se experimentan durante el duelo, aunque no todas las personas asumamos este proceso de la misma forma, aún así debe existir respeto para cada individuo.

Etapas de un duelo


Negación: “No puede ser verdad”, “cómo ha podido ser”, “no es justo” estas son las principales oraciones al inicio de unas de las etapas de un duelo, se le considera la fase de negación.
Es un escalón inevitable que hay que atravesar y del que finalmente hay que salir para digerir la pérdida. Negar es una manera de decirle a la realidad que espere, que todavía no estamos preparados.
Ira: Estado de descontento por no poder evitar la pérdida que sucede. Se buscan razones causales y culpabilidad, siendo muy común en las personas que experimentan esta etapa del duelo.
Negociación: Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar de conocerse la imposibilidad de que suceda. Se buscan formas de hacer que lo inevitable no sea posible.
Miedo o depresión: La persona siente tristeza, incertidumbre ante el futuro, vacío y un profundo dolor. La persona se siente agotada y cualquier tarea se vuelve complicada. Pueden llegar a sucederse episodios depresivos que deberían ceder con el tiempo. Es unas de las etapas de un duelo que es importante asumir y lograr avanzar.
Aceptación: Es el último paso del duelo. Nunca es fácil aceptar que lo que se perdió se perdió y no hay vuelta atrás. Tenemos la alternativa de no aceptar pero una vez llegados aquí nos damos cuenta de que si no lo hacemos el precio a pagar es muy alto. Llegar a este punto requiere de un gran trabajo. Se trata de aceptar que las piedras que vamos encontrando en la vida también forman parte del camino.

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