La amigdalitis es una inflamación de las amígdalas, particularmente de las palatinas. Las amígdalas palatinas se localizan a ambos lados de la faringe, y están situadas en la depresión existente entre los pilares anterior y posterior del velo del paladar. Adquieren un gran desarrollo, adoptando una forma y un tamaño similares a los de una almendra. Las amígdalas son unos órganos con función defensiva expuestas a gérmenes y agentes irritantes externos, que sufren con frecuencia procesos inflamatorios, tanto agudos como crónicos. Las amigdalitis agudas pueden ser vírales o bacterianas.
Las amigdalitis agudas bacterianas son debidas generalmente a estreptococos. Presentan, fundamentalmente, dolor de garganta, dolor al tragar y fiebre. En este caso la exploración muestra la existencia de un exudado de pus, que aflora o forma placas que recubren las amígdalas. El tratamiento de estos casos incluirá la administración de antibióticos. El diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad debe de ser realizado por un médico. Entre las especialidades médicas que se involucran con la enfermedad encontramos: Otorrinolaringólogos, Infectólogos y para los menores los Pediatras. Las amigdalitis crónicas se manifiestan por anginas recidivantes o por anginas más o menos persistentes. Las amigdalitis en sí revisten poca gravedad, pero pueden ser causa de graves complicaciones.
El diagnóstico y tratamiento adecuado de las amigdalitis, es necesario a fin de evitar complicaciones en otras partes del organismo. La automedicación con antibióticos es totalmente contraproducente, ya que esto puede originar la aparición de resistencia de los gérmenes, por esta razón es indispensable que sea su médico quien fije el tratamiento.