El asma es un estado patológico caracterizado por una hiperreactividad del sistema bronquial, sus manifestaciones consisten en episodios recurrentes de dificultad respiratoria (disnea), «Pitos en el pecho» (sibilancias), respiración superficial y rigidez del tórax. En algunos niños la manifestación principal es la tos y la clínica no es tan completa, de manera que muchos casos de asma bronquial pueden ser sub-diagnosticados.
El asma se presenta con mayor frecuencia en los primeros diez años de vida. Como promedio podría establecerse que cerca del 10% de los niños presentarán asma en algún momento de su vida. Esta cifra presenta variaciones de región a región y se han reportado en diversos estudios variaciones relacionadas con la raza.
La herencia constituye un factor importante en la incidencia de la enfermedad, y así se ha demostrado una mayor incidencia de la enfermedad entre hijos de padres que sufren algún tipo de alergia.
La presentación del asma es heterogénea y puede incluir muchos factores intrínsecos y también exógenos. Una clasificación sencilla de la enfermedad sería la siguiente:
Es aquella también conocida como asma alérgica, es la más frecuente en niños, y se desarrolla después de la exposición a un alergeno (polen, caspa de animales, polvo doméstico, etc.)
Es la que se observa habitualmente en adultos que no tienen antecedentes de enfermedades alérgicas. En estos pacientes el asma puede ser desencadenada posterior a infecciones respiratorias, especialmente virales o sinusitis, también puede ser desencadenada por factores ambientales como la contaminación del aire, humo de tabaco, y los extremos de calor, frío o humedad.
Es la que se produce por el ejercicio, es común a todos los grupos de asmáticos, aunque un pequeño grupo de pacientes desarrolla los síntomas únicamente en condiciones de ejercicio. Algunos autores han sugerido que el broncoespasmo (la disminución en el diámetro de los bronquios) desarrollado es consecuencia de la pérdida de calor y agua en las vías aéreas bronquiales.
Es aquella que se produce en el lugar de trabajo. Se considera que los síntomas están asociados a agentes etiológicos específicos con efectos irritantes directos. Como ejemplos tenemos la enfermedad de los panaderos, la de los leñadores, entre otras.
La ingestión de aspirina y de otros antiinflamatorios no esteroideos es capaz en algunas personas de inducir una respuesta de tipo asmática. En cuanto a su tratamiento, su objetivo es proporcionar un grado de broncodilatación y menor reactividad de las vías aéreas, de manera que el niño pueda obtener la mejor calidad de vida posible, desarrolle sus actividades normales, disminuya las visitas a las salas de emergencia e incluso pueda desarrollar actividades deportivas.
El asma es una enfermedad que debe de ser tratada por el médico especialista y dependiendo del tipo de asma y la edad del paciente, encontramos a pediatras, neumonólogos y alergólogos.