La mala nutrición ocular

¿Por qué nuestros ojos se cansan? Nuestros ojos están en contacto con el mundo, sufren cada día las agresiones del entorno: La luz artificial, a menudo demasiado intensa, la conducción nocturna y los deslumbramientos inevitables, pero también el exceso de sol provocan un envejecimiento prematuro de la retina.

Ciertas tecnologías modernas son nefastas para los ojos, comenzando por las pantallas de T.V. e igualmente las pantallas de computadores, ya que el centelleo y la luminiscencia obligan a los ojos a un trabajo forzado. Pero también, el exceso de trabajo por ver de cerca, como la lectura, la escritura, el trabajo escolar, conducir, fatigan la vista. Del mismo modo, con la edad, nuestros ojos han acumulado las fatigas de toda una vida.

La disminución de la visión ocular y la falta de adaptación entrañan fatigas suplementarias. Se manifiestan con escozor en los ojos, ojos rojizos, lagrimeo, dolor de cabeza y a veces los globos oculares están sensibles. A menudo este cansancio ocular viene acompañado de una disminución de la visión ocular (visión plana o desdoblamiento) y de problemas del sueño. Resumiendo, la fatiga ocular es el primero de los signos del cansancio visual y esta es consecuencia de una mal nutrición ocular.

Una buena visión depende del buen estado de las estructuras del ojo: de la transparencia del cristalino, de la flexibilidad del iris, de la integridad de la retina y de la excelente irrigación de estas estructuras. Es la retina la que juega el papel fundamental, es la que nos permite el registro de la imagen. La retina, constituye la membrana más interna del ojo, que cubre el fondo, su trabajo de fotografía se realiza por intermedio de una red compleja de células nerviosas y de células especializadas en la recepción de la luz: Células fotorreceptoras; estas células en conos o en bastoncillos llamadas así a causa de su forma, contienen una multitud de membranas apiladas o recogidas sobre sí mismas. Estas membranas están constituidas por fosfolípidos complejos y de grandes proteínas coloreadas. Los pigmentos retinados (como la púrpura retiniana o rodopsina) contienen el retinal, que recibe la luz y permite su transformación después de múltiples reacciones químicas, en señal eléctrica hasta el cerebro.

El Betacaroteno (oleoresina de zanahoria) precursor de la Vitamina A: se transforma en el organismo en retinal que será utilizado para regenerar los pigmentos visuales. Los ácidos grasos poliinsaturados provenientes del aceite de pescado: las células fotorreceptoras de la retina contienen hasta un 45% de DHA, ácido docosahexaenóico que da una estructura fluida a las membranas, fluidez indispensable en el mecanismo de la visión. Los fosfolípidos constituyentes mayoritarios de las membranas de las células nerviosas, son quienes aseguran a las células su integridad y su actividad notable en la transmisión de la energía química y eléctrica. Los antocianósidos de mirtilo: tienen un papel principal en la protección de las paredes de los capilares sanguíneos, preservan la elasticidad y la permeabilidad de todas las redes sanguíneas muy ricas en el ojo (córnea, coroides, retina, arteria y venas ciliares). Los antocianósidos: participan igualmente en la regeneración de la rodopsina, mejorando así la adaptación del ojo a las luminosidades bajas. La Vitamina E y los oligoelementos: sometido a las agresiones externas, el ojo es más frágil y necesita de los antioxidantes. El papel principal de la Vitamina E y los oligoelementos es de protección y estimulación de los metabolismos, complementada con la acción antioxidante específica. El Cromo, fuertemente ligado al metabolismo glucídico, es un protector del ojo, especialmente para los diabéticos. El Zinc, favorece directamente la regeneración del retinal (movilización de reservas a nivel del hígado, activación de enzimas, etc.).