El estudio preoperatorio es indispensable para valorar al paciente y para descartar cualquier posible complicación que pueda surgir en la cirugía en cuestión. El estudio preoperatorio podrá ser más o menos completo según sea el caso particular de cada paciente y debe ser realizado por el profesional que intervendrá en la operación.
Comprenderá una historia clínica en la que se valoran los antecedentes congénitos o quirúrgicos tales como:
Antecedentes familiares: mediante los antecedentes familiares se pueden identificar alteraciones como la hemofilia, en la que la coagulación de la sangre está alterada y cualquier otra enfermedad que pueda comprometer al paciente en el momento de la cirugía y aún después.
Antecedentes quirúrgicos: si existen antecedentes de cirugías anteriores, la presencia de una cicatriz antigua puede modificar la programación del tipo de operación a efectuar.
Antecedentes de transfusiones sanguíneas: es importante determinar si el paciente ha recibido transfusiones y en su caso por qué motivo y bajo qué circunstancias.
Antecedentes de enfermedades: debe conocerse toda patología o enfermedad que pueda sufrir el paciente, como ser hipertensión arterial, diabetes, etc., y que podrían contraindicar el tratamiento.
Antecedentes de traumatismos anteriores en la zona: estos antecedentes son imprescindibles para saber si la zona que será intervenida ha sufrido algún traumatismo con anterioridad que pueda influir sobre los resultados de la operación, como ser desviaciones, fibrosis o cicatrización exagerada interna.
Además de lo señalado, es importante conocer si el paciente presenta alergias a algún tipo de medicación y si tiene el hábito de fumar (porque disminuye el aporte sanguíneo a los tejidos).
El estudio preoperatorio se completa con exámenes complementarios que incluyen analítica sanguínea, electrocardiograma (ECG) y radiografía de tórax.
En algunos casos son necesarios otros estudios, tales como mamografías antes de una cirugía de mamas, o tomografía axial computarizada de cráneo antes de una cirugía de nariz, entre otros.
En cirugía estética es imprescindible siempre realizar fotografías sistematizadas de frente, perfil, etc. de la zona a tratar, no solamente como testimonio sino también como herramienta de estudio para que el cirujano pueda preparar la intervención ya que permiten estudiar la simetría de las partes del cuerpo.
Los programas informáticos de simulación de imágenes que permiten modificar y cambiar una imagen fotográfica son útiles como herramienta de estudio para el cirujano, pero no existe la garantía de que los cambios efectuados con el ordenador en la fotografía sean realmente posibles de conseguir en el quirófano.