Estamos en otro siglo, y no podemos seguir creyendo que el embarazo es una enfermedad, sino más bien todo lo contrario. La embarazada debe tener más vida que nunca puesto que lleva en su vientre a otra vida. Por lo tanto hay que buscar el modo de mantenerse activa y saludable transmitiendo siempre lo mejor de uno mismo al bebé.
Antiguamente se atribuía que una mujer embarazada estaría pasando por algún cuadro largo y duradero de una difícil enfermedad para lograr traer su hijo al mundo, por lo que la recomendación habitual era meterse a la cama y no salir de allí, dejar todo tipo de actividad y «agonizar» durante el tiempo de «maduración de la enfermedad»; afortunadamente esos tiempos ya pasaron y las verdades se van develando, lo que permite hacer de tu embarazo una gran experiencia.
En contraposición a todo lo que se creía antiguamente, la actividad física es uno de los mejores aliados del embarazo, pues realizándola, siempre con moderación, la madre tonifica, fortalece y prepara sus músculos para el gran momento del parto, así como también ayuda a regular su peso, su estado físico y a recuperar su figura.
Una práctica constante y bien llevada de gimnasia o aeróbicos durante el embarazo ejercita los músculos que más han de sufrir al momento de dar a luz, evitando también los habituales dolores durante la gestación; ayuda también a que logres relajarte y concilies mejor el sueño, evitando la ansiedad, el estrés y la depresión.
No hay razón alguna para dejar de estar en actividad excepto cuando el médico haya determinado que pueda ocasionar complicaciones para tu embarazo, recuerda que todo en exceso es malo y no debes abusar del ejercicio, en cuanto sientas fatiga debes dejarlo, ten en cuenta también que toda actividad física debe ser supervisada por tu médico.
Rebista