Salud prenatal en el sexto mes de embarazo

En el sexto mes de embarazo realiza la visita mensual a tu médico.

El peso y el crecimiento del bebé se ven afectados por la ingesta de alcohol, drogas, o el hecho de que fumes. Evita en lo posible estos malos hábitos.

Procura mantener una dieta saludable, tal como te la indica el médico. Ingiere alimentos con alto contenido de calcio (productos lácteos). Si sientes dolor de espalda, pregúntale al médico si es necesario tomar suplementos de calcio.

Finaliza el segundo trimestre

Con respecto a los síntomas físicos, nada hay de nuevo bajo el sol del sexto mes. La madre puede llegar a sentir lo mismo que venía sintiendo en el mes anterior pero también puede suceder que ya esté habituada a dichos síntomas y que ni los note. Lo único que irá aumentando es el cansancio físico, ya no de sueño sino del cuerpo mismo.

Como es de esperar, la embarazada lleva aproximadamente 7 u 8 kilos de más y el cuerpo sufre esas consecuencias. Uno de los lugares que más lo sentirá será la espalda, que es la que soporta el peso del cuerpo y del bebé que está en el vientre.

En cuanto al estado anímico, también se habrá acostumbrado a los cambios internos y por lo tanto no se deprimirá como lo hacía al principio del embarazo. Las distracciones son normales y puede ser que se acentúen con el correr del tiempo. El hecho de estar terminando el segundo trimestre puede ocasionar sentimientos desencontrados: por un lado surge una gran ansiedad y por otro lado un gran temor.

Es normal querer que todo se termine rápido, sobre todo si se trata de una primeriza, y que llegue de una vez el momento del parto. Sin embargo, el miedo puede crear una sensación contraria, ganas de que el tiempo no pase y menos ahora que el cuerpo comenzó a acostumbrarse al nuevo inquilino.

Por su parte, el pequeño ya puede medir 30 cm. de largo, pesar más o menos 80 gr. y poseer huellas dactilares en las manos y en los pies. Aunque cuesta trabajo imaginar, adentro el bebé comienza a separa los párpados y a abrir los ojos. En una situación extrema, el pequeño puede nacer y sobrevivir, aunque no es para nada aconsejable ni conveniente, aún falta el desarrollo de órganos vitales de modo que no debe por esto la madre relajarse.