Después del parto: ¿me quedo en casa o vuelvo a trabajar?

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De todas las elecciones que debe hacer la madre moderna, la más difícil es la de volver o no a trabajar después de tu licencia por maternidad.

Ni siquiera es posible pensar en dejar a tu bebé al cuidado de otra persona e irte alegremente al trabajo como si nada hubiera pasado. Entre todo lo que te pasa (la culpa, el amamantamiento), toda madre quiere ver los pequeños progresos de su hijo, las primeras comidas sólidas, los pasitos torpes iniciales, las monerías y sus primeros intentos de comunicación.

Y frente a ello, se encuentran tu carrera, el esfuerzo que pusiste para llegar a donde estás, el estudio, la competencia en el trabajo, que, comprensiblemente, te llama con voz de sirena a regresar. Y a esto se suma que, la mayoría de las veces, no tienes opción: o vuelves a trabajar o no se pagan las cuentas. Ahora, si vuelves a trabajar, ¿quién se encarga del cuidado de tu hijo? ¿Una guardería? ¿Donde, según las noticias, se maltrata a los pequeños, no se los alimenta adecuadamente, o se los emboba todo el día frente al televisor? Y si te quedas en casa, ¿qué será de tu promisoria carrera, cómo se va a ver afectado el presupuesto familiar sin tus ingresos, cómo influirá tu situación frente a tu marido, de quien pasarás a tener una mayor relación de dependencia?

Malas noticias, por un lado. Ya sea que te quedes en casa, o vuelvas a trabajar, no existen dudas de que te vas a cuestionar doscientas mil veces la decisión que hayas tomado, así que…

¡Buenas noticias, mami! La decisión que tomes no es irreversible. Y puedes volver a trabajar, pero cuando tu hijo sea más grande, o encontrar la manera de trabajar medio tiempo. Los empleadores suelen tener disponibles este tipo de posiciones. ¿O acaso consideraste trabajar desde tu casa?

Lo importante es que esta es una decisión personal, o de pareja, en donde deben contemplarse los pro y los contra. Respeta a las madres que hayan adoptado un camino diferente al que tú elegiste para ti, tu hijo y tu familia.