La primera fase del trabajo de parto se divide en tres momentos:
1.Trabajo primero
2.Trabajo activo
3.Transición
La primera fase del trabajo de parto puede llevar de 12 a 14 horas en el caso de una madre que da a luz por primera vez, o entre 5 y 6 horas para quien lo hace por segunda vez.
La fuerza de las contracciones uterinas dilatan el cuello del útero. La dilatación generalmente es medida en centímetros. Durante el examen pélvico, tu médico utiliza uno o dos dedos para sentir el tamaño de la abertura y calcular cuánto se ha dilatado el cuello del útero. Cuando la dilatación es completa mide 10 cm.
Una vez que el trabajo de parto ha comenzado, las contracciones se vuelven más fuertes y más cercanas unas de otras. Para medir el tiempo de las mismas, puedes utilizar un reloj y anotar cuándo comienza y termina cada contracción.
El trabajo primero ocurre cuando el cuello del útero se abre cuatro centímetros. El músculo del útero se contrae, y gradualmente se extiende y se hace más delgado. El canal cervical se acortará hasta que el cuello del útero se encuentre profundo. Por lo general ésta es la parte más sencilla de manejar y la menos molesta. Ya que puede durar seis horas o más, la mayoría de las mujeres se quedan en sus casas hasta que concluye esta fase. La dilatación es lenta durante esta etapa. Generalmente toma más tiempo una dilatación de 2 a 6 cm, que de 6 cm hasta 10 cm.
Trabajo activo es la fase durante la cual el cuello del útero se dilata de 4 a 7 cm. Para cuando has alcanzado los 6 cm, las contracciones pueden ser muy fuertes y gradualmente aumentarán su frecuencia hasta que tengan lugar cada dos o tres minutos y duren 60 segundos. Muchas mujeres describen una contracción de este período como una tensión molesta, y luego una disminución gradual de la tensión hasta que culmina la contracción. En el trabajo activo, y en la siguiente fase, la transición, las contracciones se volverán más y más intensas, y necesitarás más ayuda para manejarlas. El cansancio puede volverse un problema cada vez mayor.
Es la fase en la que la dilatación es de 8 a 10 cm. Esta parte del trabajo de parto es para muchas mujeres la más dolorosa. Afortunadamente es también la más corta (por lo general se prolonga de 20 a 90 minutos). Aunque la digestión paró al comenzar el trabajo de parto, y tal vez hayas tenido diarrea, puedes sentir que quieres defecar. Esto indica que la cabeza del bebé está ejerciendo presión sobre el recto y se aproxima el nacimiento.
Otros signos comunes de transición son la irritación, los flujos de sangre, la agitación, los escalofríos, la nausea, los vómitos, los calambres en las piernas, y la transpiración. Y de repente, sentirás una sensación totalmente distinta.
Sentirás una presión en la pelvis y un deseo casi incontrolable de empujar. Pero a menos que la dilatación sea de 10 cm no debes empujar o lastimarás el cuello uterino. Una vez que la dilatación haya llegado a su máximo, el útero, el cuello, y la vagina formarán un canal continuo para que pueda pasar el bebé a través de él. Tu fuerza al empujar (con el diafragma y los músculos del abdomen) se combinará con las contracciones uterinas, y la cabeza del bebé descenderá y se extenderá el piso pélvico para que entre en contacto con el orificio de salida muscular de la pelvis, conocida como el perineo.
A medida que la cabeza del bebé extienda el perineo, sentirás también una quemazón molesta, o una sensación de desgarro. Estas sensaciones sólo son momentáneas, porque la presión de la cabeza del bebé en el perineo creará un efecto anestésico natural. Aún luego de aparecer la parte superior de la cabeza del bebé, deberás continuar empujando tal vez por 90 minutos más hasta que se produzca el nacimiento.
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