Aceptar una cesárea

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La operación de cesárea es una manera de salvar vidas en el proceso de parto moderno. La buena noticia es que el porcentaje de cesáreas está diminuyendo, aunque en forma lenta. Aún así, se cree que por lo menos la mitad de todas las operaciones de este tipo son innecesarias, lo cual hace pensar a muchas mujeres: «¿Realmente era necesaria?»

La mejor manera de sacarse esa duda es comprender por qué se realizan este tipo de operaciones, y estar abierta a la posibilidad de que tú necesites una, a pesar de tus buenas intenciones. Debes estar preparada por si te llega a ocurrir.

Luego de una operación de este tipo, la mujer puede experimentar una serie de emociones negativas. Es normal sentirse desilusionada. A algunas madres les ocurre al no poder tomar un rol activo en el parto. Otras se sienten derrotadas cuando aún después de horas de trabajo de parto infructuoso, necesitan pasar por una cesárea. Otras se sienten culpables, creyendo que de alguna manera ellas hicieron algo mal.

Pero el hecho es que generalmente existen razones médicas por las cuales debe realizarse esta operación, como cuando la placenta bloquea el canal por el que nace el bebé; cuando el cordón umbilical se encuentra enredado y no deja pasar oxígeno al bebé; cuando el bebé no baja al canal del nacimiento, o cuando el cuello del útero no se abre lo suficiente; por ruptura de la placenta, que se separa del útero; una infección de herpes genital; o cuando el bebé se coloca de tal manera que sus pies o sus nalgas saldrán primero por el canal del nacimiento.

Ya que esto puede sucederle a cualquiera, es bueno estar preparada para la posibilidad de una cesárea. A algunas personas puede servirles ver un video en el que se vea y explique cómo se produce la operación. En otros casos puede ser útil hablar con personas que hayan pasado por lo mismo.

Algunos médicos aconsejan a las mujeres hablar con el obstetra sobre la cesárea a los tres meses de quedar embarazadas, y nuevamente antes de entrar en el noveno mes. Otros sugieren preguntar al obstetra bajo qué circunstancias él recomendaría una cesárea. Averigua si el médico ve algo en tu historia clínica que pueda aumentar las probabilidades de una intervención de este tipo: herpes, fibromas, edad maternal avanzada.

También es importante hacer saber al médico que sientes deseos de tener el bebé por nacimiento natural. Si son las tres de la mañana, y las cosas van lentas, lo que suceda después depende en gran medida de lo que la mujer diga. Si dice: ”Saca este bebé y hazlo ahora”, probablemente el médico le propondrá inmediatamente una cesárea.

La mayoría de las clases de parto dedican una parte a las cesáreas, por eso, toma nota y no des por supuesto que eso no te ocurrirá a ti. Aprende cuál es el procedimiento típico, si tu marido podrá estar presente en la sala de parto y por cuánto tiempo tu servicio médico pagará la internación en el hospital luego de la cesárea.

Si realmente debes tener una cesárea, no significa que no podrás experimentar un nacimiento natural la vez siguiente. En otras épocas, era inusual un nacimiento natural después de uno por cesárea, pero las estadísticas muestran que un 75 por ciento de las mujeres que han tenido una cesárea, pueden dar a luz naturalmente una segunda o tercera vez.

En última instancia, lo que realmente importa es que tú y tu bebé estén sanos. Es bueno pensar en lo que puede ser mejor para el bebé y sacrificar nuestros deseos personales por el bien de su salud.