El ginecólogo u obstetra es un médico capacitado para cuidar especialmente de la salud de una mujer. Está preparado para manejar las complicaciones que puedan tener lugar durante el embarazo, o en el momento del parto. El neonatólogo se especializa en los casos con alto riesgo tanto en embarazos, como en nacimientos, y en recién nacidos. Los médicos de familia también están capacitados para asistir en el parto; sin embargo, un obstetra o un cirujano deben hacerse presentes si la paciente necesita una cesárea.
Las parteras habilitadas poseen un entrenamiento especial en embarazos y nacimientos normales. Trabajan en colaboración con los obstetras, por si llega a producirse una complicación. Por lo general pasan más tiempo con las mujeres antes del nacimiento, para el cuidado prenatal e intervienen menos que los obstetras. Pero las facultades de las parteras varían según el entrenamiento con el que cuenten.
A prestar atención:
Una de cada diez embarazadas sufre de depresión postparto
La depresión es un síntoma tan común durante el embarazo como después del parto y debe ser diagnosticada, pues puede ser nociva para el bebé, advierte una nueva investigación.
Aunque los médicos son cuidadosos en la detección y tratamiento de la depresión postparto, no suelen ser tan cuidadosos de la depresión durante el embarazo; sin embargo, estudios previos han sugerido que la depresión y la ansiedad durante el embarazo pueden estar vinculadas al temor del bajo peso del niño al nacer, el parto prematuro y la baja irrigación en la matriz. La depresión es también diferente del cuadro conocido como «baby blues», en que la mayoría de las mujeres se ve afligida y llora en los primeros días posteriores al nacimiento de su hijo.
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